ECOS DEL PASADO
CAPÍTULO 7: UN AMOR IMPOSIBLE
INT. / GRANJA LAWRENCE, COCINA / DÍA
En la cocina, sentados a la cena…
Brian: ¿Cómo así que seducir a Kimberley Bennet? ¿Te has
vuelto loca, mamá?
Grace: Así como lo oyes, y no, no estoy loca. Estoy más
cuerda que nunca.
Matthew: Definitivamente la perdimos…
Grace: No te burles Matthew, esto es muy serio. He pensado
que si seduces a la hija de John, esa sería nuestra venganza contra todo lo que
nos están haciendo.
Brian: No, no me voy a prestar para algo así… Ni hablar.
Matthew: Dudo mucho que John permitiera que Kimberley
saliera con mi hermano.
Grace: A ver, escuchadme bien. La idea es que Brian la
enamore y luego la deje tirada como a un perro viejo.
Brian: No pienso hacer eso, no insistas. Estás completamente
loca. Eso sería mucho peor ya que nos llevamos mal con los Bennet, lo que
faltaba. John sería capaz de matarme.
Grace: Mmm…
Matthew: Brian tiene razón mamá… Además esa chica qué culpa
tiene de lo que haga su padre y el estúpido de Cooper.
AL DÍA SIGUIENTE
INT. / GRANJA BENNET, DORMITORIO DE KIMBERLEY / DÍA
En el cuarto de Kimberley, la joven conversa con su amiga
Denise que ha ido a hacerle una visita.
Kim: ¿Qué? ¿Estás hablando en serio?
Denise: Y tanto… Ay Kim… estoy tan feliz, todavía no me lo
puedo creer.
Kim: Y yo menos… Anda que menos mal que tu Matthew era
tímido que si no… válgame Dios.
Denise: Jajajaja, ya no te burles, por favor. No debí
contarte nada.
Kim: No si a mi me parece muy bien, si le quieres y él se
está enamorando de ti… aunque la verdad, lo veo todo muy de repente, muy rápido…
no sé.
Denise: Cuando surge el amor no hay nada que puedas hacer
para controlarlo.
Kim: Más bien la pasión… Inconsciente que eres una inconsciente.
(Lanzándole un cojín de la cama)
Denise: Jajaja. ¡Ya, ya vale! No me pegues.
Kim: Supongo que usaron protección…. Espero…
Denise: Mm… Mm… (Negando con la cabeza)
Kim: ¡Yo te mato! ¿Estás mal? ¿Y si sales embarazada?
Denise: Ay no seas agorera, solo fue esa vez. No creo que
pase nada, además no estoy…
Kim: ¿Y tú que sabes? Ay por favor… lo cuento y no me lo
creen. Denise por Dios, para otra vez ten cuidado. No creo que a la soberbia le
agradara mucho que su hijo preferido le venga con que preñó a una muchacha del
pueblo.
Denise: Chica ni que fuera yo una vaca para salir “preñada”.
(Se le salta la risa)
Kim: Jajajajajaja. Calla anda, calla que te voy a dar.
(Lanzándole otro cojín)
Denise: Jajajaja. ¡Yaaaa! (Esquivándolo)
EXT. / GRANJA LAWRENCE, PASTOS / DÍA
En el campo, Matthew y su madre hablan acerca de los pastos.
Matthew: Creo que con un buen abonado esta semana esta
parcela estará lista a finales de mes para mover las vacas.
Grace: No se hijo… esta hierba está muy debilucha… Me da que
ese fertilizante nuevo que compras no es muy allá que digamos.
Matthew: Me dijeron que es de lo mejor que ha salido al
mercado.
Grace: Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Te lo digo yo.
Matthew: A todo esto, ¿Sabes a donde se ha ido Brian? Desde
que terminamos de ordeñar en la mañana no le veo.
Grace: Fue a los prados altos, los de la colina a revisar
unas cercas. Había dos alambradas caídas en el límite con la granja de los Bennet.
Matthew: Ahm…
Lejos de allí, en otro verde prado, Brian arregla una cerca,
colocando nuevas alambradas entre los postes. El límite que separa la finca de
los O’Connor de los Bennet está marcado además por una fila de setos de piedra,
tierra, arbustos y zarzales. Brian termina su trabajo pero en ese momento ve
llegar a una joven montada a caballo. Ella es Kimberley que viene galopando a
lomos de Stan.
Kim: ¿Qué, arreglando vallas? (Seria)
Brian: Buenos días, al menos… ¿No te parece? (Serio)
Kim: No tengo porque darle los buenos días a un maleducado
como tú.
Brian: Mira niña… me estás colmando la paciencia. ¿Si has
venido para volver a insultarme y ser grosera como de costumbre ya te estás
largando de aquí.
Kim: Estoy en mis tierras, puedo hacer lo que me dé la gana.
Tú no eres nadie para mandarme que te quede claro.
Brian: Paso de pelear con niñatas inmaduras.
Kim: ¿Oye tú a quién estás llamando niñata, eh? (Bajando del
caballo enojada, lo ata a uno de los postes)
Brian: ¿A quién crees tú? (Burlándose)
Kim: Eres un imbécil… (Pasando al otro lado)
Brian: ¡Y tú una malcriada! Me parece que tu padre no te dio
unas buenas nalgadas cuando eras niña porque estás muy subidita tú y sobre todo
conmigo.
Kim: Tú tienes la culpa que me sacas de quicio.
Brian: ¿Quién yo? Pero bueno, tendrás cara.
Kim: No tanta como tú, yanquito de Boston.
Brian: ¡Yo no soy yanqui! Ya estoy hasta las narices que la
gente en este pueblo me diga así. Yo nací aquí.
Kim: Pues no se nota, guapo, no se nota… Porque si fueras de
aquí sabrías que a las damas no se las trata con la punta del pie como haces
tú. ¿Así le hablas a tu esposa?
Brian: ¿Cómo sabes tú de…?
Kim: En el pueblo se sabe todo, hombre, los chismes vuelan
más rápido que los pájaros.
Brian: Pues te informaron mal, Kimberley, porque no estoy
casado, ya no.
Kim: ¿Ah no y como es la cosa? Si hasta hace poco…
(Extrañada)
Brian: No tengo por qué contarte mi vida privada. No es
asunto tuyo.
Kim: Ay perdón, que el niño se nos enfada, ay… que pena por
favor.
Brian: Muy graciosa…
Kim: Eres un inmaduro, un insensible, un…
Brian: Se acabó…
El chico se acerca a Kim y la carga de la cintura,
echándosela a los hombros como si llevara un saco de patatas encima.
Kim: ¡Ahhhh! ¿Qué haces, te has vuelto loco? ¡Bájame de
aquí, suéltame! ¡Que me sueltes, animal! (Furiosa)
Brian: Sus deseos son órdenes, señorita…
En ese momento Brian la deja caer en un sucio charco de
barro. Kimberley se llena la ropa de lodo, el cabello, la cara… Toda por
completo.
Brian: ¿Qué? ¿Mejor? (Burlándose)
Kim: ¡Ihhhhhhhhh! ¡Esta me la pagas, desgraciado! ¡Déjate
que se lo diga a mi padre! ¡Déjate!
Brian: Ay sí, que miedo… (Se da la vuelta para irse)
Kim: ¿Ehhh? ¿A dónde diablos crees que vas tú, eh?
Brian: A mi casa… es hora de comer.
Kim: ¿Pero me piensas dejar aquí, así? (Llena de barro en el
charco)
Brian: No veo el problema, además dicen que el barro es muy
bueno para la piel.
Kim: ¡Yo te matooo!
Brian: Jajajaja.
Kim: Idiota, troglodita, machista, grosero, neandertal… ¡Eres
un patán de lo último!
Brian: Que si, lo que tu digas… ¿Ya acabaste de soltar sapos
y culebras por esa boca tan sensual que tienes?
Kim: ¿Sen….? ¿Sensual? (Avergonzada) ¡Ay ya deja de decir
bobadas y sácame de aquíiii!
Brian: Jajajaja, ya va, ya va… Para que veas que también soy
un caballero.
Y el joven se acerca al charco para darle la mano, pero la
chica le agarra fuerte tirando de él hacia el barro. Brian cae de bruces al
lodo.
Kim: ¿Qué? ¿Qué dices ahora ah? Jajajaja.
Brian: Jajajajaja. Eres mala y vengativa.
Kim: Ya estamos en paz, guapo… (Se dispone a levantarse para
irse pero)
Brian: ¿A dónde crees que vas tú, eh? (Agarrándola)
Kim: ¡Suéltameee!
Ambos comienzan a pelear en el barro, finalmente Brian y
Kimberley se rien a carcajadas. La joven sale del charco y Brian la sigue.
Ambos llenos de lodo hasta las orejas.
Kim: Jajajaja. Tenías que verte, vaya fachas tienes.
Brian: Jajajaja. Pues anda que tú… pareces una negrita del
África tropical.
Kim: Sólo me falta el hueso en la nariz.
Brian: Y a mi un taparrabos.
Kim: Jajajjajaja.
Brian: jajajaja.
Kim: Ay Brian… (Suspirando)
Brian: Lo siento, sólo fue una broma, perdóname. ¿Amigos?
(Le ofrece su mano)
Kim: Amigos… (Se dan la mano)
Brian: A ver ahora que hacemos, no puedo ir así para mi casa…
Kim: Espera, hay un río aquí cerca, podemos lavarnos allí un
poco. ¿Te parece?
Brian: Está bien… a ver… vamos.
INT. / GRANJA BENNET, SALON / DÍA
En el salón, John, Lynda y Cooper conversan mientras ven las
noticias en la televisión, sentados en el sofá.
Lynda: ¿Dónde se habrá metido esta chica? Mira la hora que
es John.
John: Estará en el pueblo con su amiga Denise, ya sabes como
son.
Cooper: Mujeres… seguro se quedaron hablando de chismes y
tonterías.
John: Cooper, esta tarde tengo que ir a Tralee, ¿Vienes
conmigo?
Cooper: Claro, viejo… Tu dirás para qué soy bueno.
John: Voy a mirar coches, quiero cambiar el viejo y había
pensado que tú me podrías aconsejar.
Cooper: Eso está hecho, no te preocupes. Te voy a recomendar
dos que te van a encantar. En el concesionario de Dublín eran de los más
vendidos.
EXT. / RÍO / DÍA
Brian, sin camisa, se lava en el río intentando quitarse el
barro del cuerpo. Mientras, Kimberley de espaldas a él hace lo propio, en
sujetador.
Kim: Ni se te ocurra darte la vuelta porque te mato. ¿Eh?
Brian: Jajajaja, créeme que lo que menos me apetece ahora es
verte la cara negra que llevas.
Kim: Qué gracioso…
Brian: Quedamos que íbamos a enterrar el hacha de guerra, no
se te olvide.
Kim: Ya lo sé… pero es que chico, siempre tienes que salir
con tus gracias.
Brian: Es broma, no te enfades, mujer.
Kim: Brian…
Brian: ¿Sí? (Volteando)
Kim: ¡No voltees!
Brian: ¡Jajajaja, perdón, perdón! (Girando de nuevo)
Kim: Siento todo lo que te dije…. No lo sentía.
Brian: Yo tampoco… ya olvídalo. No pasa nada, todo
arreglado. ¿Somos amigos, no?
Kim: Sí… (Saliendo del agua, se pone de nuevo la camiseta ya
lavada)
Brian: ¿Ya puedo?
Kim: ¡Síii! (Sonríe)
Brian: Menos mal… ¿Dónde está mi camisa?
Kim: Ahí junto a esa piedra, deberías lavarla un poco…. Espera… (La toma y se dispone a lavarla)
Brian: Déjalo Kimberley, yo puedo sólo.
Kim: Anda… que yo te la dejo mejor, verás…
Brian: ¡Que nooo! (Forcejean con la camisa)
En ese momento Kimberley la suelta, Brian y ella se miran a
los ojos, a orillas del río.
Kim: Bueno… cre… creo que es mejor que me vaya…
Brian: Espera… tienes algo en el cabello.
Kim: ¿El qué?
Él se le acerca y sin que la joven se lo espere la toma de
la cintura y la da un tierno beso en los labios. Kimberley se deja llevar… pero
la chica le suelta una fortísima bofetada.
Kim: ¡Descarado! ¿Pero como te atreves, ah? ¿Quién te crees
que soy yo?
Brian: Lo siento… (Avergonzado) perdón… yo…
Kim: Eres un atrevido… (Avergonzada)
Brian: Perdóname por favor… fue un impulso, un… no sé que me
pasó.
Kim: Ya… ahora intenta arreglarlo, descarado… Mira, mejor me
voy porque…
Brian: ¡No, espera! (Tomándola del brazo) No te vayas.
Kim: ¿Qué quieres ahora?
Brian: Me gustas Kimberley…
Kim: ¿Qué?
Brian: Que me gustas, me gustas desde el primer día que te
conocí pero…
Kim: Ay por favor…
Brian: Te estoy diciendo la verdad… Nunca me había pasado
algo así. Yo…
Kim: Tú estas casado… no tienes vergüenza.
Brian: Estaba, Rebecca y yo estamos separados. Nos vamos a
divorciar.
Kim: Ay ya, a otra boba con ese cuento. Todos dicen lo
mismo.
Brian: Te juro que te estoy diciendo la verdad. Mi esposa
vive en Boston, con mi hija. Hace poco descubrí que me era infiel con mi mejor
amigo allá…
Kim: ¿En serio?
Brian: Sí…
Kim: Lo siento… (Triste)
Brian: No pasa nada… perdóname, no debí haberte besado… lo
siento… (Se dispone a ponerse la camisa)
Kim: Ya olvídalo, no importa.
Brian: Sí, si importa… porque no quiero que pienses mal de
mí. Esto no volverá a ocurrir. (Ya con la camisa puesta)
Kim: Brian…
Brian: ¿Qué?
Kim: Tú también me gustas… (Tímida)
Brian: ¿Quéee?
Kim: No digas nada… por favor… (Se acerca a él)
Ambos están tan cerca, tan juntos, que vuelven a besarse
bajo la sombra de los árboles, junto al
río. Brian y Kim se besan abrazados, olvidándose de todo. Pero justo en
ese preciso momento, John Bennet les interrumpe armado con una escopeta. El
villano apunta a Brian con el arma.
John: ¡Suelta a mi hija, desgraciado! (Furioso)
Brian: ¿John? (Se separa de la joven)
Kim: ¡Papá!
John: Eres una zorra… primero Robert y ahora con el hijo de
la soberbia. Te voy a….
Brian: ¡No le consiento que le hable así a Kim!
John: Es mi hija y le hablo como me da la gana. ¿Te enteras,
yanqui del demonio? ¡Ahora mismo te largas de mi vista porque ya hablaremos tú
y yo desgraciado! ¡Largo!
Kim: Baja el arma, papá, por favor… (Nerviosa) No cometas
una locura.
John: ¡Cállate! ¡Cállate porque todavía te cruzo la cara! ¡Regalada
que eres una ofrecida!
Brian: ¡Basta! Su hija no es nada de eso que está diciendo.
Fui yo quien la besó primero.
John: Claro, claro… y como ella no podía resistirse bien que
se dejó… Mira, haz el favor y márchate porque no respondo. (Apuntándole con la
escopeta)
Kim: Ya, por favor, baja la escopeta, papá, por el amor de
Dios.
John: ¿No me has oído? ¡Fuera!
Brian: No me voy a mover de aquí hasta que Kimberley me lo
diga.
Kim: Brian, por favor no compliques más las cosas. Por favor….
Brian: Está bien… me voy. (Volteando para irse)
John: Eso… vete… no te pase lo mismo que a tu padre.
Brian: ¿Cómo que lo mismo que a mi padre? (Girando de nuevo)
¿Se puede saber a que vino eso? ¿Qué es lo que sabe usted sobre mi padre?
John: Lawrence era un metiche y un inconsciente igual que tú…
Brian: ¡Eso es mentira! ¡Mentira! Mi padre murió a manos de
un terrorista, un desgraciado que le quitó la vida porque no compartía sus
mismas ideas políticas.
John: Tu padre siempre estuvo de parte de los pro-británicos
y lo pagó.
Brian: Eres un hijo de…
John: ¿Qué, qué? Sólo digo la verdad. Lawrence murió por
meterse en lo donde no le llamaban. Y tú vas por el mismo camino.
Brian: ¿Me estás amenazando?
John: Tómalo como quieras… pero una cosa te advierto, si
vuelves a acercarte a mi hija, así sea a menos de dos metros te juro que te
mato. ¿Me oyes? ¡Te mato! (Apuntándole)
Kim: Vamos papá, por favor… ya basta.
John: ¡Tú te callas! (Le suelta una fortísima y sonora
cachetada)
En ese momento de confusión, Brian aprovecha para
abalanzarse sobre John y quitarle el arma. Ambos hombres forcejean
intensamente, escuchamos música incidental. La escopeta cae al suelo, John y
Brian comienzan a caerse a golpes. Kimberley, muy nerviosa, no sabe como parar
la pelea. La joven toma la escopeta de la tierra y da un tiro al aire. Brian y John se separan,
mientras la observan sin decir nada.
Kim: ¡BASTAAAA! Ya es suficiente. Yo no sé manejar esto, así
que si se me escapa un tiro no es culpa mía que les quede claro. ¡Ya está bien!
Brian márchate por favor.
Brian: Pero Kim…
Kim: ¡Que te largues!
CONTINUARÁ...
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