jueves, 25 de agosto de 2011

Capítulo 2: Reproches




ECOS DEL PASADO
CAPÍTULO 2: REPROCHES

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INT. / GRANJA LAWRENCE, CASA, DORMITORIO DE GRACE / NOCHE

Es noche cerrada y ha comenzado a llover intensamente sobre los verdes campos de Kerry. Una fuerte tormenta acompañada de truenos y relámpagos se ha apoderado del condado. En el dormitorio de Grace, la madre de Matthew y Brian toma la llamada, descolgando el teléfono.



Grace: Sí, ¿díga?

Pero nadie contesta, sólo se escucha la angustiosa respiración de un hombre…

Grace: ¡DIGA! ¿Quién es? Si esto es una broma no tiene gracia ninguna. (Colgando el teléfono)

Al mismo tiempo tocan a la puerta de la habitación, la puerta se abre lentamente…

Grace: Pasa Matthew… pasa, estoy ordenado los papeles de mañana, tengo un enredo aquí, que creo que me voy a volver loca…

Brian: Mamá, soy yo, Brian.



De repente Grace se da la vuelta, sorprendida. Ambos se miran sin decir nada. En medio de un silencio sepulcral entre madre e hijo, lleno de miradas de reproche, tristeza y alegría, afuera de la casa, se escucha un ensordecedor disparo.

Grace y Brian escuchan claramente el sonido de un arma de fuego en el exterior de la casa. El estruendo procede de las naves del ganado.

Grace: ¿Qué ha sido eso?

Brian: Un disparo… me ha parecido un disparo… ¡Quédate aquí, voy a ver que pasa!

Grace: No, de ninguna manera Brian, yo te acompaño. Tengo que saber que está sucediendo ahí afuera. Un disparo a estas horas de la noche y tan cerca de la casa…

Brian: ¡Vamos!

Mientras la dueña de Lawrence Farm deja los papeles sobre la mesa de su escritorio, Brian baja corriendo las escaleras seguido de lejos por su madre. Madre e hijo salen de la casa en dirección a las naves.

INT. / GRANJA LAWRENCE, ESTABLOS / NOCHE

Cuando Brian abre el portón de una de ellas, se encuentra una escena inesperadamente trágica y desoladora. En la nave de terneros, Matthew yace en el suelo, boca arriba, inmóvil y sin conocimiento, con un tiro en el pecho por el que se aprecia brotar la sangre de forma considerable.




Varios terneros pequeños (de unos dos meses de edad) se atreven a acercarse a Matthew tímidamente, como indagando e inspeccionando a su dueño.

Brian: ¡Matthew! ¡Matthew! (Acercándose hacia su hermano)

Los animales se retiran asustados al ver a Brian, pero Matthew permanece inconsciente y no puede escuchar sus palabras. El mayor de los O’Connor trata por todos los medios de que su hermano reaccione pero es inútil.

Brian: ¡Matthew! ¡Matthew, háblame, por favor! !Matthew! (Dándole cachetes en la cara)

Brian continúa tratando de hacer reaccionar a Matthew, la herida es grave y requiere de asistencia médica urgente. Mientras Brian, agachado sobre la paja del suelo, trata de reanimar a su hermano, sujetando su cabeza. En ese preciso instante Grace hace acto de presencia en los establos.

Grace: ¿Qué ha ocurrido?

La escena es tremendamente impactante para Grace, quien presencia como Brian intenta de todas las formas posibles que Matthew vuelva a la consciencia. Brian le toma el pulso, pero éste es muy débil.

Grace: ¡MATTHEWWWWWWWW! ¡Matthew hijo!

Al mismo tiempo en que Grace se acerca a sus hijos, muy nerviosa, asustada y preocupada. Brian, sostiene a su hermano en su regazo. Los terneros mugen constantemente, como atemorizados. Alguien ha intentado asesinar a Matthew y los animales se encuentran muy nerviosos y alborotados corriendo por los corrales de acá para allá.

Brian: Apenas tiene pulso, mamá… ¡Hay que llamar a una ambulancia! Mi hermano está muy mal…

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Grace: ¡Ay Dios mío! ¿Pero que ha pasado, Brian? ¡Matthew, cariño! ¡Dime algo hijo! (Se le saltan las lágrimas) ¡Dios Bendito, por favor te lo pido… otra vez no… NOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Brian: ¡Tranquilízate y haz lo que digo! ¡Agarra el móvil y pide una ambulancia, deprisa! Alguien ha intentado matar a Matthew…

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(Abriéndole una desgastada y vieja camisa, bajo el buzo de trabajo. La herida es seria y sangra abundantemente).

Grace: ¡No! ¡No hay tiempo Brian! Tardaría mucho en llegar desde Tralee… No te preocupes… ¡Ahora mismo voy por el coche!

Brian: ¡Esta bién, pero apúrate! Matthew no para de sangrar…

Grace: ¡Cuida de tu hermano, vuelvo enseguida! (Nerviosa y angustiada)

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El amor de una madre es el amor más grande y sincero que existe. Es por eso que Grace siente que es su deber como madre ser ella misma quien salve la vida de su hijo, a como dé lugar. Grace sale corriendo de los establos, a toda prisa, con rápidez y decisión, serena pero a la vez muy preocupada y nerviosa. En mitad de una desapacible noche, bajo la incesante lluvia y el fuerte viento, Grace emprende la carrera de su vida. El coche familiar se encuentra frente a la puerta de la casa, a escasos metros del pequeño jardín de rosas.

Escuchamos música incidental, mientras Grace corre como loca hacia el coche.




Los relámpagos se suceden de forma constante, la lluvia comienza a arreciar…

En la naves, Brian saca un pañuelo de sus vaqueros y con su mano derecha trata de hacer presión sobre la herida de su hermano, tratando de contener la hemorragia. Matthew continúa inconsciente. Brian sujeta su cabeza con la mano izquierda, mientras trata de detener la sangre.

EXT. / GRANJA LAWRENCE, PATIO / NOCHE

Finalmente, Grace consigue llegar al patio principal, totalmente empapada por la lluvia. La mujer sube al auto, dando un fuerte portazo y trata de arrancarlo, pero el coche no responde… Un nuevo relámpago ilumina la noche, seguido de un eco atronador. La matriarca de los O’Connor, angustiada, lo intenta nuevamente. Grace gira la llave para hacer contacto una vez más, pero el coche no arranca. Grace se desespera por momentos…



Grace: Vamos… ¡Vamos maldito cacharro… ¡Arranca! (Girando la llave de nuevo)

Pero el coche no se pone en marcha, el motor parece haberse calado debido a la fría noche y a la lluvia. Grace se dispone a emprender un nuevo intento.

Grace: ¡ARRANCAAAAAAAAAAAAA!

En ese momento el motor ruge fuertemente. El coche arranca y comienza a calentarse. Los faros se encienden, alumbrando el camino. Grace dirige el coche con valentía y destreza. Cómo toda una campeona, Grace pega un brusco volantazo, girando el coche en dirección a los establos, bajo una fortísima lluvia, un auténtico diluvio. El limpiaparabrisas se activa automáticamente, la lluvia continúa cayendo con fuerza sobre los campos de Kerry. Grace maneja con rapidez, rumbo a las naves de ganado que se encuentran varios metros más abajo de la suave ladera que hay entre los establos y la casa familiar.

En las naves, Matthew continúa bajo la atenta mirada de Brian. Justo en cuestión de segundos, Grace aparece por la puerta.

Grace: ¡Vamos!

En plena noche y en mitad de la lluvia, Grace y Brian sujetan de ambos brazos a Matthew para llevarle al coche, como buenamente pueden. Ambos no han tenido apenas tiempo ni de saludarse, y han comenzado su reencuentro con una inesperada y dolorosa tragedia.

Ya en el auto, Brian conduce, mientras en el asiento trasero Grace trata de contener la hemorragia de Matthew. Grace sujeta a su hijo en su regazo, con la cabeza de Matthew sobre su pecho, besándole el cabello.

Grace: Tranquilo, hijo, tranquilo… Todo va a salir bien… ya lo verás.. (Con lágrimas en los ojos pero sin romper el llanto, serena)

Brian: Ya falta poco, apenas 2 kilómetros…

Grace: ¡Date prisa Brian! ¡Acelera! ¡No tenemos mucho tiempo, tu hermano está muy mal, hijo!

Brian: ¡Ok mamá!

En apenas unos segundos, Brian pisa el acelerador y el coche aumenta la velocidad. En medio de la noche, el auto avanza en dirección a Tralee, la ciudad más cercana a Kerry.




INT. / GRANJA BENNET, CUADRAS / NOCHE

En las cuadras de los caballos, en plena noche y sin nadie que moleste, Robert y Kimberley viven una romántica y apasionada noche de amor, echados sobre un cómodo “colchón” de paja… Kimberley está muy enamorada de su novio, pero ambos viven su romance en secreto, por temor a que John, padre de Kim, no acepte su clandestina y amorosa relación.



Semidesnudos, entre las pacas de paja y con el sonido del relinchar de los caballos de la familia Bennet, como telón de fondo. Kimberley y Robert se aman sin medida. Minutos después, ambos conversan. Ella únicamente en lencería, él sin camiseta y en boxer.

Robert: Te amo… (Sonríe)

Kimberley: Y yo a ti, cariño (Se besan, abrazados)

Robert: Siento que hayamos estado tan distanciados últimamente, tengo mucho trabajo y tu padre…

Kimberley: Lo sé, no te preocupes, mi vida… Lo único que importa es que estás aquí de nuevo, que estamos juntos… (Le besa) Te amo.

Robert: (Se besan) Te quiero Kimberley.

Kimberley: ¿Sabes? Esta tarde hablé con mi mamá y… Bueno, ella piensa que lo nuestro no puede ser pero yo sé que nuestro amor es tan fuerte que no habrá nada que consiga separarnos nunca jamás… (Sonríe, ingenua, es una chica muy inocente)

Robert: Ojalá tengas razón, Kim. Pero temo que tu padre no acepte lo nuestro, nunca lo va a entender. Tú eres hija de un labrador y yo… yo sólo soy un simple peón. John jamás permitiría que tu y yo…

Kimberley: Hay algo que no te he dicho… Quería hacerlo cuando estuviera segura pero…

Robert: ¿Decirme qué?

Kimberley: ¡Casémonos!

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Robert: ¿QUÉEEE? (Sentándose e incorporándose).

Kimberley: Que nos casemos, sería la única forma en que mi papá aceptaría lo nuestro. Piénsalo, si nos casamos en secreto, no podría evitar que tu y yo sigamos juntos. (Sonríe)

Robert: ¿Casarnos? ¿Te has vuelto loca Kim? (Se pone de pie)

Kimberley: ¿Por qué Robert? ¿No te gusta la idea?

Robert: Cla… claro que me gusta la idea pero… así, de repente, no sé… no…

Kimberley: (Poniéndose la blusa) Dime la verdad Robert. ¿Tú me quieres?

Robert: Claro que te quiero.

Kimberley: ¿Entonces?

Robert: Mmm… no sé, déjame pensarlo…




BOSTON, EEUU
INT. / CASA DE BRIAN Y REBECCA, DORMITORIO / DÍA

En casa de Rebecca, en el dormitorio de la pequeña Nathalie, la esposa de Brian charla con su hija mientras la niña hace los deberes sentada a su escritorio. Rebecca se encuentra sentada en la cama, a poca distancia de Nathalie.



Nathalie: ¿Todavía no te ha llamado papá?

Rebecca: Hablé por teléfono con él, cuando aterrizó en Dublín, pero como a esa hora estabas en el colegio, tu padre me dijo que me llamaría de nuevo cuando llegase a la granja. Creo que quería hablar contigo.

Nathalie: (Sonríe) ¡Qué bueno!

Rebecca: Pero me parece muy extraño que las horas que son y todavía no haya llamado… Estoy empezando a preocuparme, hija.

Nathalie: No te preocupes, verás como está bien. Seguro que tuvo algún problema con el coche…

Rebecca: No sé… Mira la hora que es, ya casi las cuatro de la tarde… Y allá ya debe ser de noche. A ver si le ha pasado algo…

Nathalie: Anda, ya mamá, deja de ver películas y CSI ¿Quieres? (Burlándose)

Rebecca: No te rías (Enojada)

Nathalie: ya verás que papi llamará pronto, seguro estará cenando con tío Matthew y con la “abue”…. Ayúdame con esas divisiones, por fa.

Rebecca: Está bien, ojalá tengas razón. A ver...

Y Rebecca se acerca a su hija para echarle una mano con los deberes.





COUNTY KERRY, IRLANDA
INT. / HOSPITAL DE TRALEE, SALA DE ESPERA / NOCHE

En la sala de espera del hospital de Tralee, Grace y Brian se mantienen a la expectativa sobre el estado de salud de Matthew. Madre e hijo apenas han cruzado más que cuatro palabras y debido a la trágica situación, no han tenido ni tiempo, ni ganas, de charlar sobre ellos mismos.



Grace: Llevamos ya tres horas y nadie nos dice nada… Estoy empezando a preocuparme, Brian.

Brian: Tranquila, mamá, verás como pronto tendremos noticias de mi hermano. Estas cosas son así.

Grace: Si le pasa algo a Matthew, te juro que me muero… Él es mi única compañía… (Preocupada)

Brian: Ya… (Celoso)

Grace: Desde que te fuiste a Estados Unidos, tu hermano ha sido quien ha velado por la granja, por el legado de Lawrence, por mí…

Brian: Por favor, mamá, ya no sigas… no quiero discutir.

Grace: Yo no estoy discutiendo, Brian. Sólo digo las verdades… (Lanzando indirectas)

Brian: Te he dicho que no quiero discutir otra vez de lo mismo, mamá. Siempre que vengo, siempre los mismos reproches… Estoy cansado ya de tener idéntica conversación cada vez que nos vemos.

Grace: Mira Brian…

Brian: No mamá, escúchame tú a mí. Si regresé a irlanda fue por que las cosas no me estaban yendo bien en Boston. Me quedé sin trabajo, con la hipoteca a medio pagar y dos bocas que mantener.

Grace: Pues que se hubiera puesto a trabajar tu mujer… como hacemos las demás… (Con sarcasmo)

Brian: Rebecca no encuentra de lo suyo, la crisis ha afectado mucho en Estados Unidos.

Grace: Tiene fácil remedio, seguro que limpiando escaleras hay trabajo. Sólo es querer encontrarlo, pero claro…. Rebecca siempre tan fina y delicada... No decía cuando era joven que iba a ser una “exitosa abogada norteamericana....”

Brian: ¡Ya basta mamá!

Grace: Sólo digo la verdad, si te molesta, no es asunto mío. Ahora lo único que verdaderamente me importa es que Matthew se ponga bien.

Brian: Matthew, Matthew, siempre Matthew…

Grace: Bueno… ¿Ahora te me vas a poner celoso como cuando eras niño? (Con sarcasmo) Lo que faltaba…

Brian: No es eso…

Grace: ¿Entonces? ¿Me puedes decir a qué vino ese reproche?

Brian: Siempre estás hablando de Matthew, siempre…

Grace: Él es quien está conmigo. Tú decidiste huir y abandonarnos.

Brian: ¡Yo no os abandoné! (Se pone de pie, alzando la voz y la gente de la sala les mira)

Grace: Haz el favor de bajar la voz y comportarte como un hombre, estamos en un hospital.

Brian: Estoy harto de que siempre que vengo a veros, me salgas con lo mismo, por eso he estado tantos años sin venir a Kerry. (Sentándose en la silla nuevamente)

Grace: Pues lo siento.

Brian: ¿Qué lo sientes? ¿Qué lo sientes, dices? Lo que hay que oír… Mira mamá, por si no lo sabías…

Grace: Ya lo hablaremos en casa, cuando tu hermano se ponga bien.

Brian: No, esto lo vamos a hablar ahora.

Grace: ¡LO HABLAREMOS EN CASA, Y PUNTO! (Levantándose de su silla) Voy a preguntar por tu hermano.

Brian: Esta bien… (Resignado)




INT. / GRANJA BENNET, DORMITORIO DE JOHN Y LYNDA / NOCHE

En casa de los Bennet, en el dormitorio conyugal, John y su mujer, Lynda, charlan en la cama. Mientras ella lee un libro, el se despierta desvelado por la luz de la lamparilla de noche.



John: ¿Quieres dejar eso de una buena vez?

Lynda: No puedo dormir… lo siento.

John: Pues si quieres leer podrías irte al salón, mañana madrugo por si no lo sabes. Robert y yo nos vamos a la feria de Tralee.

Lynda: Unos minutos y enseguida apago la luz.

John: Arggg, no se puede descansar en esta casa (Levantándose de la cama)

Lynda: ¿A dónde vas?

John: A la cocina, voy a bajar a por una cerveza. Tengo sed.

Lynda: ¿Cerveza a estas horas de la madrugada?

John: ¿Qué te importa? (Saliendo de la habitación, cerrando la puerta)

Lynda: (Cerrando el libro) Dios Santo, dame paciencia… (Apagando la lamparita)



INT. / HOSPITAL DE TRALEE, SALA DE ESPERA / NOCHE

En la sala de espera del hospital comarcal, un médico se acerca hacia los familiares de los pacientes de urgencias.



Médico: ¡Familiares de Matthew O’Connor!

Brian: Sí, nosotros (Levantándose de la silla)

Médico: Bueno antes de nada, permítanme presentarme. Me llamo Edward Thomas, soy el médico de urgencias que atendió a Matthew.



Grace: Yo soy su madre, dígame doctor, ¿Cómo está mi hijo?

Brian: Y yo su hermano mayor, Brian. Estábamos ya preocupados.

Médico: Pueden respirar tranquilos, su hermano está fuera de peligro.

Grace: ¡Gracias a Dios! (Sonríe aliviada)

Brian: Ufff… Qué bueno, no sabe que peso nos quita de encima, doctor.

Médico: Afortunadamente pudimos extraer la bala sin problemas y apenas ha recibido unos cuantos puntos de sutura. En un par de días podrá ser dado de alta. Ahora si me disculpan, les dejo, pueden pasar a verle, acaban de subirle a planta.

Grace: ¿En qué habitación está?

Médico: En la número 217, planta 2. (Sonríe)

Brian: Muchas gracias por todo.

Grace: Lo mismo digo.

Médico: De nada, sólo cumplo con mi trabajo. Pero antes de irme quería comentarles una cosa más…

Grace: Usted dirá… (Sorprendida)

Médico: Miren, la Ley nos obliga a notificar cualquier herida de bala o de arma blanca que tratemos en el hospital, por lo tanto, les recomendaría que dieran parte de lo sucedido a la policía a fin de abrir una investigación.

Brian: Alguien intentó matar a mi hermano.

Grace: Sí, pero… ¿Quién? En el pueblo no tenemos enemigos… Matthew no tiene problemas con nadie, al revés, todo el mundo le tiene aprecio en Kerry.

Brian: Tal vez no todos, mamá…

Grace: ¿Qué quieres decir?

Brian: Deberíamos hacer lo que dice el doctor Thomas, en cuanto amanezca regresaré al pueblo y pondré una denuncia en comisaría.

Grace: Esta bien (Preocupada pensando sobre el atentado)

Médico: Están haciendo ustedes lo correcto, créanme. Bueno, ahora sí, me marcho.

Grace: Hasta luego doctor Thomas.

Médico: Adiós. (Alejándose por el pasillo del hospital)

Brian: Chao… (Y mirando a su madre) Mamá, ve tú primero a ver como está Matthew.

Grace: ¿A dónde vas?

Brian: Voy a llamar a Rebecca a Boston, seguro que ella y la niña estarán preocupadas por mí… Les dije que cuando llegara a Kerry las llamaría y las horas que son y…

Grace: Ok, ok… Saluda a Nathalie de mi parte hijo.

Brian: No te preocupes, yo le digo… Nos vemos luego.

Mientras Brian sale a la puerta del hospital para hablar desde su teléfono móvil, Grace se acerca a uno de los ascensores para subir a ver a Matthew.




INT. / GRANJA BENNET, CASA, COCINA / NOCHE

En la cocina de la mansión, el siempre gruñón y malvado John se dispone a abrir el frigorífico cuando de repente, desde la ventana situada sobre el fregadero, se da cuenta de que hay una pequeña luz encendida en las cuadras de los caballos.



John: Qué extraño, juraría haber dejado apagadas todas las luces…

En cuestión de segundos, John cierra la nevera y se dispone a salir por la puerta de la cocina que da a la parte trasera de la casa. Desde esta área se pueden observar, rodeando un patio central, tres edificios. A la izquierda, las naves de las vacas y las ovejas, de frente el granero y garaje, y a la derecha las cuadras de caballos. Y es que los Bennet poseen 10 yeguas de cría y un semental, “Stan”, el caballo de Kimberley.




COUNTY KERRY
INT. / CASA DE DENISE, DORMITORIO / NOCHE

En la humilde casita de la maestra del pueblo, Denise, la joven charla por teléfono con su prima Charlene que se encuentra en su apartamento de Tralee. Ninguna de las dos puede dormir. Denise, porque siente que algo malo ha ocurrido o va a ocurrir. Y es que la joven rubia está enamorada de Matthew desde hace tiempo, pero nunca se ha atrevido a declararse… Por su parte, Charlene, su díscola y alocada prima, tampoco puede pegar ojo presa de la angustia y los nervios de creerse embarazada. Ambas chicas conversan a cada lado de cada teléfono móvil. Denise en el salón de su casa, Charlene acostada en su cama.



Charlene: Ay Denise… no puedo dormir… Como esté embarazada, mis padres me matan…

Denise: Te tengo dicho que debes cuidarte.

Charlene: Ya, pero esta vez se nos olvidó y… ¿Y ahora que voy a hacer?

Denise: Antes de nada, tienes que estar segura. El lunes cuando vengas al pueblo te acompaño a la consulta de la doctora Bennet.

Charlene: ¿A qué hora te viene bien a ti?

Denise: A las dos, cuando salga de dar clase. ¿Te parece bien?

Charlene: Ok, te esperaré en la puerta del colegio.

Denise: Vale, pero… dime una cosa. ¿Si realmente estás embarazada… ¿Quién sería el padre? ¿Le conozco?

Charlene: Sí… pero no puedo decirtelo…

Denise: ¿Por qué?

Charlene: Es que… es que… ¡Está “casado”!

Denise: ¿Qué? ¿Te estás acostando con un casado? ¿Pero tú te has vuelto loca Charlene?

Charlene: Bueno… no es exactamente casado… Es muy largo de contar.

Denise: ¡Habla! Explícate porque no me entero de nada.

Charlene: Tiene novia. Es un chico del pueblo pero no te puedo decir quién es. (Pensando: Es Robert, el novio de la estúpida de Kimberley)




INT. / HOSPITAL DE TRALEE, PATIO / NOCHE

A las puertas del centro médico, Brian se despide de su esposa por teléfono. Rebecca habla desde la cocina de su casa en Boston (EEUU)



Brian: Te quiero.

Rebecca: Y yo a ti, cariño

Brian: Dale muchos besos a Nathalie y uno de parte de mi madre.

Rebecca: Vaya, parece que la vieja se está ablandando…

Brian: No te creas… Ya te contaré la próxima vez, ahora voy a ver a Matthew.

Rebecca: Ojalá se recupere pronto, verás como en un par de días ya está de nuevo por la granja trabajando sin parar. Ya le conoces.

Brian: Sí, a él le gusta lo que hace y sé que es muy feliz aquí, tú sabes que yo quiero a Matthew, a pesar de lo de mi madre…

Rebecca: Lo sé, por eso mismo no permitas que os separe sólo por esa diferencia que Grace hace entre los dos. (Sonríe)

Brian: Tienes razón. Bueno te dejo, un beso, te quiero.

Rebecca: Un beso. Chao Brian.

Ambos cuelgan los teléfonos.



INT. / GRANJA BENNET, CUADRAS / NOCHE

John llega a las cuadras caminando con semblante serio y a la vez con paso firme. Mientras, en uno de los boxes Kimberley y Robert se encuentran besándose semidesnudos. Una de las yeguas comienza a relinchar al ver aparecer a John. La pareja de enamorados se da cuenta de que alguien se acerca.



Kimberley: ¡Mi padre! ¡Mi padre Robert!

Robert: ¡Joderrrrrrrrrrr! (Poniéndose los pantalones)

En ese momento John les sorprende semidesnudos en una de las cuadras vacías. El padre de Kimberley se queda alucinando y sin dar crédito a lo que acaba de encontrarse en su propia casa. Su empleado de confianza y su hija estaban haciendo el amor en las cuadras. Comienza a amanecer…

John: ¡Se puede saber que está pasando aquí! ¡KIMBERLEY!

Kimberley: Papá… (Asustada), puedo explicarlo, Robert y yo…

Robert: Señor Bennet (Sonríe falsamente, irónicamente) Esto… esto no es lo que parece… (Agarrando su camisa de un gancho de la pared)

Pero John es más rápido que él y toma una fusta, tambien colgada en otro gancho y le sacude en la mano a Robert.

John: ¿A dónde crees que vas tú? ¿Eh?

Kimberley: ¡Papá, por favor… ¡ (Se acerca a su padre, ya vestida)

John: ¡TU TE CALLAS! ¡GOLFA!

En ese momento John le suelta una fortísima bofetada a su hija. Kimberley rompe a llorar, asustada y muerta de miedo. La joven sale corriendo de las cuadras en dirección a la casa. La luz del sol es cada vez mayor, acaba de amanecer.

Robert: Tengo que irme, es hora de trabajar…

John: ¡Tú no te vas a ir a ninguna parte, desgraciado!

Robert: Venga John… que no es para tanto… (Con sarcasmo)


El chico intenta escapar de la cuadra pero John se interpone en la puerta, cortándole el paso con gesto amenazador y mirada desafiante.

John: Vas a aprender a no tocar lo que no es tuyo ¡MALNACIDO!

En menos que canta un gallo, John le sacude con la fusta en toda la cara, marcándole el rostro a Robert que se duele, gritando. El joven cae al suelo.

John: ¡Y esto no es nada comparado con lo que te espera! Cerdo, traidor… te di toda mi confianza y así es como me lo pagas… ¡Abusando de mi hija!

Robert: ¡Eso no es verdad! ¡Yo amo a Kimberley! Y ella me quiere.

John: ¡CÁLLATE!

El pobre Robert intenta zafarse de John girando sobre si mismo encima del “colchón” de paja, con tan mala fortuna que queda boca abajo y de espaldas. John aprovecha para sacudirle tremendos y sonoros golpes con la fusta de azotar caballos. Robert grita de dolor, los alaridos ponen nerviosos a todos los caballos de las cuadras. John se ensaña con furia y rabia contra Robert.

John: ¡TOMA! ¡TOMA DESGRACIADO! ¡Vas a aprender a respetar a tus patrones! ¡TOMA!

Sin que Robert pueda hacer nada por escapar, John prosigue dándole fustazos sin parar, uno tras otro. La fusta se convierte en un verdadero látigo. Robert permanece inmóvil en el suelo de paja y es incapaz de levantarse.

Robert: Le… le voy a denunciar… ¡Ahhhh! ¡AHHHHHHHHHHH!

John: Hazlo y te juro que haré de tu vida un infierno…

(Marchándose de la cuadra, mientras Robert se queja de todo el cuerpo, lleno de dolor y con la espalda marcada por los brutales latigazos de la fusta)





DÍAS DESPUÉS
INT. / GRANJA LAWRENCE, CASA, SALÓN / DÍA


En el salón principal de la casa de la familia O’Connor, Grace mantiene una fuerte discusión con su hijo mayor, Brian, en presencia de Matthew.



Brian: Por favor, mamá, escúchame.

Grace: No tengo por qué oirte…

Brian: Apenas llevo unos días aquí y ya estás igual que siempre. Así no podemos trabajar juntos.

Matthew: Ya, dejen la pelea mamá, que al final se van a decir cosas de las que se puedan luego arrepentir.
(Llevándose una mano al pecho, resintiéndose de la herida de bala de días pasados)

Grace: No te metas en esto Matthew, por favor te lo pido…

Matthew: ¡Hagan las paces de una buena vez! Se están comportando como un par de niños en vez de cómo los adultos que son.

Brian: Matthew tiene razón

Grace: Más vale que te calles, Matthew (Molesta). Tu hermano nos abandonó cuando más falta nos hacía y todo por revolcarse con esa americanucha de tres al cuarto…

Brian: (Enojado) ¡No te consiento que hables así de mi esposa! Rebecca es mi mujer y merece un respeto. No quiero discutir contigo pero ya veo que no has cambiado nada. Llevas toda la vida amargada. Tienes que aceptar y superar la muerte de papá, igual que nosotros lo hicimos. Pero no, para tí es mucho mejor estar siempre a la defensiva... No me extraña que en el pueblo todo el mundo te llame “la soberbia”.

En ese preciso momento y sin que Brian se lo espere Grace le sacude una fortísima y sonora cachetada. La bofetada es tan fuerte que su sonido llena la escena. Brian se vuelve el rostro, llevándose la mano derecha a la mejilla izquierda, dolido por el golpe, mientras Matthew no da crédito a lo que acaba de presenciar. Grace permanece impasible y desafiante pero a la vez, por dentro, rota de dolor.

CONTINUARÁ..

Capítulo 1: El Regreso de Brian




ECOS DEL PASADO´
CAPÍTULO 1: EL REGRESO DE BRIAN


COUNTY KERRY, IRLANDA

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INT. / GRANJA LAWRENCE, CASA, DORMITORIO DE GRACE / DÍA


Estamos en el mes de mayo. Son las 6 de la mañana, Grace O’Connor, la madre de Brian y Matthew todavía descansa plácidamente en su dormitorio. La dueña de Lawrence Farm suele madrugar a diario para ayudar a su hijo menor, Matthew, con las tareas de la granja y es que a pesar de su edad, Grace es una mujer de carácter, fuerte (física y sentimentalmente) con gran sentido del trabajo y la disciplina. Cada mañana es la primera en despertar para comenzar una nueva y dura jornada en el campo.




En su cama, profundamente dormida, Grace se revuelve entre las sábanas, nerviosa, angustiada… La madre de Brian sueña… revive a través de sus constantes y repetitivos sueños una pesadilla, una pesadilla que nunca ha podido olvidar… 

(Flash Back)

Irlanda, 5 de Enero de 1976.

En la humilde casa de la familia O'Connor, una entonces joven Grace recibe la inesperada noticia de la muerte de su esposo en un atentado terrorista. 

Grace y sus hijos no se imaginan que este sea el inicio de su calvario... A la puerta de la vivienda, Grace conversa con un agente de policía.





Grace: Dime que está bien, por favor... (Muy preocupada) 

Policía: Lo siento Grace pero... tu esposo... (Negando con la cabeza)

Grace: No... No... No diosito, no puede ser verdad Larry... ¡Dime que no es verdad! (Tomando al policía de las solapas de la chaqueta, histérica) 

Policía: Lawrence era mi mejor amigo, mi hermano... yo... (Mientras sus lágrimas ruedan por su rostro)

Grace: !!! NO !! !!! NOOOOOOOOOOOOOO !!!!! (Llorando desconsolada)


Grace sufre un ataque de ansiedad y presa de la histeria y los nervios comienza a dar puñetazos en el pecho de Larry, inmersa en un doloroso mar de lágrimas. Sus hijos, Brian, de apenas 4 años y Matthew, de dos meses, acaban de perder a su padre víctima de un terrible atentando de la banda terrorista IRA. Varios hombres, entre ellos Lawrence O'Connor, han sido brutalmente asesinados en plena noche y en mitad de la carretera. 

El agente tiene que sujetar a Grace para calmarla, pero es inútil. La joven se derrumba a las puertas de la humilde casita familiar, situada en medio de decenas de acres de verde pasto, en la vieja granja Lawrence. En ese momento aparece el pequeño Brian tras su madre. A pesar de su corta edad, el niño es consciente de que algo malo acaba de suceder en su familia...



Brian: ¿Qué te pasa mamá? ¿Por qué lloras?

Repentinamente Grace se da la vuelta, con lágrimas en unos verdes ojos enrojecidos por el llanto y el pequeño Brian no entiende qué sucede... Al mismo tiempo, se escucha de fondo el llanto de un bebé. Matthew acaba de despertarse en su cuna... Grace se ha quedado sola, al cargo de dos inocentes, 60 acres de tierra y más de 40 vacas lecheras. Su vida ha cambiado radicalmente y todo por culpa de la terrible lacra del terrorismo.

(Fin Flash Back, Volvemos al tiempo Actual)


En ese momento Grace se despierta, muy nerviosa y aterrada, gritando en su cama.

Grace: ¡No! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Su hijo menor Matthew entra en el dormitorio, preocupado.




Matthew: ¿Qué ocurre mamá? ¿Qué son esos gritos?

Grace: Tu padre… tu padre, hijo…

Matthew: Mamá… (Sentándose junto a ella en la cama)

Grace: No puedo más con estas pesadillas, lo veo todo como si hubiera sido ayer mismo… Es horrible, y ya han pasado más de treinta años, Matthew (Triste)

Matthew: Lo sé, mamá… (Se abrazan)

Grace: No se que haría si estuviera sola en este caserón, tú eres mi única compañía, hijo.

Matthew: (Sonríe) ¿Sabes? Brian viene a vernos, su vuelo llegará mañana a medio día a Dublín, acabo de hablar por teléfono con él.

Grace: ¿Qué? ¿Aquí? Después de tantos años, ahora se le ocurre hacer una visita de cortesía a su madre y a su único hermano, lo que faltaba…

Matthew: Brian no viene de vacaciones, mamá.

Grace: ¿Entonces? No entiendo… (Sorprendida, le mira a los ojos sin entender nada)

Matthew: Mi hermano viene a Irlanda, sí, pero esta vez viene para quedarse (Sonríe) ¡PARA QUEDARSE!

Grace: ¿QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? (Molesta y sin creer lo que acaba de escuchar)





BOSTON, ESTADOS UNIDOS


INT. / CASA DE BRIAN, DORMITORIO / NOCHE


En casa de Brian O’Connor, situada en un bonito barrio residencial a las afueras de Boston, su esposa Rebecca y él mantienen una conversación muy importante sobre el futuro de la familia. 


Brian acaba de ser despedido de su trabajo como taxista y no pueden hacer frente a los numerosos gastos que origina la casa y la hipoteca. Rebecca no está dispuesta a renunciar a lo que ya tienen por irse a vivir a otro país, Irlanda, tierra natal de su marido. En el dormitorio, mientras Brian se va abotonando una blanca camisa de rallas azules, mirándose al espejo, su esposa Rebecca le reprocha el por qué de su decisión.




Rebecca: Ni te creas que voy a aceptar semejante locura, Brian. ¿Qué diablos iba a hacer yo en Irlanda? 

Brian: Cariño, esto ya lo hemos discutido y creo que es lo mejor para todos. Llevo tres meses sin trabajo y ya debemos dos letras de la hipoteca, así no podemos continuar. Me tengo que ir, sí o sí.

Rebecca: ¿Pero a Irlanda? ¿Se puede saber que se te ha perdido a ti allá ahora? Llevamos casados 12 años y siempre dijiste que nunca dejarías Boston.

Brian: Lo sé pero…

Rebecca: Si vuelves, vas a recordar todo lo que pasó con tu padre, el pueblo, la gente… todo… ¿Es que no ves que no es bueno para ti? Tú no pintas nada allá y yo menos todavía.

Brian: Rebecca (Volteando) Escúchame, por favor. Yo sé que va a ser duro para todos pero es lo mejor… 

Rebecca: ¡Será lo mejor para ti!

Brian: No empieces, no tengo ganas de discutir. Te he dicho que me marcho hoy y en cuanto tenga algo más de dinero para los pasajes, podréis viajar la niña y tú para allá.

Rebecca: Mmm… Está bien, está bien… ¿Qué más puedo decir? Si haces siempre lo que te da la gana… Pero una cosa te digo, si no te encuentras bien con tu madre allí, te vienes de inmediato. Grace y tú nunca hicieron buenas migas.

Brian: Eso lo sé. Mi amor, no te enfades… (Abrazándola) Tú sabes que no lo hago por gusto, no me queda de otra. Matthew me dijo que necesitaba contratar alguien en la granja porque mi madre ya está mayor y apenas puede ayudarle con el trabajo. 

Rebecca: Te vamos a echar mucho de menos, Brian… 

Brian: Y yo a vosotras… (Se besan) Te quiero. 

Rebecca: Y yo a ti.

En ese momento, la pequeña Nathalie aparece en la habitación.




Nathalie: ¡Wow, pero que guapo! 

Brian: Jajaja, ¿Qué te parece? ¿Me veo bien?

Nathalie: Jajaja, ¡sí! Cuando te vea la abuela no te va a reconocer.

Rebecca: Qué exagerada eres Naty. (Sonríe)

Nathalie: Papá, tu amigo Sam está a la puerta esperando para llevarte al aeropuerto.

Brian: OK, dile que ahora mismo bajo. Creo que no me falta nada… (Agarrando una maleta)

Rebecca: Brian… (Con lágrimas en los ojos)

Brian: Vamos, cariño, sólo será un mes. Enseguida estaremos de nuevo juntos, ya lo veras.

Nathalie: (Triste) Dale muchos besos a la abuelita Grace y a tío Matthew, diles que les quiero mucho y que nos veremos pronto allí.

Brian: No te preocupes, yo les digo. (Sonríe, también triste)

En ese momento suena el timbre de la puerta.

Rebecca: Es Sam…

Brian: Tengo que irme. Mi avión despega en menos de tres horas.

Nathalie: Papi… (Se le saltan las lágrimas y se lanza a abrazar a Brian)

Mientras, Rebecca llora desconsolada presenciando la emotiva despedida entre su hija y su marido. Los tres forman una feliz familia americana pero por circunstancias de la vida, su destino les llevará al otro lado del Atlántico.

Rebecca: Buen viaje, cariño… (Se besan y se abrazan fuertemente, emocionados por la despedida)

Poco después Brian sale de la vivienda, cruzando el pequeño sendero del jardín frente a la casa. En la calzada le espera Sam, dentro de un elegante coche negro.

Brian: ¡Os quiero, os quiero a las dos! 

Nathalie: ¡Llámanos cuando llegues a Dublín, papá!

En ese momento Brian guarda las maletas en el maletero del auto, mientras las dice adiós con la mano.

Brian: Lo haré, no os preocupéis. ¡Cuida de tu madre, Nathalie! (Sonríe)

Nathalie: ¡Buen viaje, papi! 

Rebecca: Ten mucho cuidado al llegar, Brian, recuerda que allí se conduce por la izquierda.

Brian: Yo sé, nací allí, jajaja. (Se despide con la mano) ¡Hasta pronto!

En ese momento Brian se sube al coche y cierra la puerta. La pequeña Nathalie se abraza a su madre llorando deshecha… Rebecca se queda mirando el coche hasta perder de vista el auto alejándose al final de la calle.

Rebecca: Adiós… (Triste)



EXT. / COUNTY KERRY, IRLANDA / DÍA

Un pequeño coche gris avanza por una carretera rural del condado de Kerry, situado al suroeste de la isla esmeralda. Brian ha alquilado un auto en el aeropuerto de Dublín para llegar a su pueblo.

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INT. / GRANJA BENNET, CASA, COCINA / DÍA



En la cocina de la mansión, Lynda prepara una ensalada mientras charla animadamente con su hija Kimberley, la cual se encuentra sentada a la mesa leyendo una revista de moda. Lynda pica la lechuga en la encimera…




Lynda: ¿Al final no vas a ir a la feria de ganado de Tralee? 

Kimberley: No, papá prefiere que vaya Robert con él. Creo que van a comprar otro toro.

Lynda: ¿Nuevo semental para las vacas? 

Kimberley: Más les vale que elijan uno guapo, porque si no las niñas se pueden molestar, ya las conoces.

Lynda: Jajajajaja. Anda deja de decir tonterías. Eres tremenda, hija. Me haces tanto reír…

Kimberley: Jajaja. Bueno lo que iba a decir es…

Lynda: Estos tomates están a punto, un día más y los tengo que tirar… Si es que no puedo estar en todo, tengo exceso de pacientes en el consultorio del pueblo, cuando empiece el otoño verás tú. ¿Es? Termina la frase, qué es lo que ibas a decir. 

Kimberley: Qué papá es un machista y prefiere a Robert en vez de a mí. 

Lynda: No digas eso, las cosas no son así. Tu padre te adora, sólo que para los asuntos de la granja pues… prefiere un hombre, eso es todo. 

Kimberley: Pues eso, machismo.

Lynda: Además a ti te da miedo andar con el ganado. 

Kimberley: Con las vacas sí, pero con “Stan” no… ¿Por cierto cómo esta de la pata?

Lynda: Tu caballo ya va mucho mejor, esta mañana vino el veterinario y me dijo que en un par de días ya pondrás volver a montar a “Stan”

Kimberley: Qué bueno. 

Lynda: Sí.

Kimberley: Mamá… ¿Tú crees que debería decirle a papá lo mío con Robert?

Lynda: Bueno, no empecemos con lo de siempre hija… Ya sabes lo que opino sobre ese tema. Deberías terminar esa relación porque como tu padre se llegue a enterar…

Kimberley: Papá, papá… siempre papá…

Lynda: También es mi marido y tengo que vivir con él. 

Kimberley: Un marido que casi nunca para en casa, por si no te has dado cuenta… 

Lynda: Kimberly, por favor… Sabes que él siempre está muy ocupado, que si las vacas, la granja, los pastos, el bar… Yo también quisiera que pasara más tiempo en casa conmigo, con nosotras pero… 

Kimberley: Deberías divorciarte y terminar de una vez con tanta tristeza que a fin de cuentas no te lleva a nada… Te vas a convertir en otra Grace O’Connor, igual que esa amargada.

Lynda: ¡Ya basta Kimberley! (Golpeando con el cuchillo en la tabla, enfadada) 

Kimberley: Mamá, por favor, te lo estoy diciendo por tu bien. 

Lynda: ¡Cállate! 

Kimberley: No me lo digas dos veces… Pero una cosa te voy a decir, mamá. 

Lynda: Si vas a volver a reprocharme, pierdes tu tiempo. Ahora si me disculpas, tengo mucho que hacer, va a ser la hora y todavía no he terminado la comida. 

Kimberley: Eso es lo único que te preocupa… La comida, las tareas de la casa… 

Lynda: ¡Eso no es verdad! Siempre estoy pendiente de todos vosotros y nunca, óyeme bien, nunca escucho un “gracias”. El único que se preocupa de mí es tu “novio”. Ese muchacho vale oro.

Kimberley: Tú sabes lo que significa Robert para mí…

Lynda: Yo sólo quiero verte feliz hija, pero tu padre jamás aceptaría que salieras con un peón de la granja…

Kimberley: Lo sé… (Triste, baja la mirada hacia la revista que estaba viendo)



INT. / KERRY’S PUB / DÍA


En la barra del bar, Robert sirve unas bebidas a varios clientes. El pub del pueblo es un local nocturno pero de día también permanece abierto algunos días a la semana. De noche la cosa cambia y el “Kerry’s Pub” se transforma en un bar musical que no es otra cosa que una tapadera para el negocio de prostitución del que es dueño el padre de Kimberley, John Bennet. En la barra, Robert conversa con su jefe.




Robert: ¿Estás buscando una chica para las noches?

John: Sí, además ahora que llega el verano vas a tener mucho trabajo en la granja y es mejor contratar alguien más para el pub. Esta misma mañana ya puse un anuncio en la prensa. 

Robert: Bueno siempre me viene bien tener dos sueldos, las horas que me saco en el pub me da para salir de fiesta los fines de semana. 

John: Pues en la granja a partir de ahora vas a tener mucho que hacer. El trabajo está muy mal Robert, te lo digo yo que me dedico al campo y el precio de la leche ha caído en picado en estos últimos meses. 

Robert: Bueno, entonces si dejo el bar, ¿Me subirás el sueldo por trabajar a jornada completa en la granja? Serán más horas y… 

John: No hables antes de tiempo…

Robert: Pero John…

John: ¡Pero nada! Y mira a ver si me pones un café que ya llevo tres horas esperando…

Robert: (Pensando para sí mismo) ¡Negrero! Si yo tuviera dinero te juro que ibas a ser tú el lamebotas, desgraciado… No sé como la pobre Lynda te aguanta.



INT. / GRANJA BENNET, CASA, COCINA / DÍA

En la cocina de la casa, Lynda continúa charlando, o más bien discutiendo, con su hija Kimberley.


Lynda: No puedo con todo, el consultorio médico, la casa, tu padre, tú y tus niñerías…

Kimberley: Niñerías… Ya veo… 

Lynda: Lo siento, no quise decir eso, yo… yo… 

Kimberley: No pasa nada, pero no me eches a mi la culpa, si estás así es por culpa de papá, no mía. 

Lynda: No quiero discutir más del tema, por favor, déjame sola. (Se le saltan las lágrimas) 

Kimberley: Pero mamá… (Triste) 

Lynda: ¡DÉJAME SOLA! (Llorando, en ese instante Lynda golpea con el cuchillo en la lechuga a causa de la rabia contenida y se corta levemente un dedo) Ahhh!! 

Kimberley: ¡Mamá! (Triste) Ay por Dios… Anda deja eso, ven acá… pero ten más cuidado, mira lo que te has hecho. Si es que… 

La chica se acerca a ella y le lava la herida bajo el grifo del fregadero, mientras Lynda la mira con lágrimas en los ojos… Kimberley le pone una tirita. Lynda llora mientras su única hija, con los ojos tristes la observa sin decir nada. 

Lynda: (Pensando para sí misma) Si supieras quién es realmente tu padre… Si de verdad lo supieras hija… (Suspirando)

Casi al mismo tiempo, John, padre de Kimberley y esposo de Lynda, entra por la puerta de la cocina.


John: ¿Qué hay para comer? Tengo un hambre… (Abre la nevera y se sirve un vaso de leche) Esta tarde tengo que ir con Robert a Tralee para vender unas ovejas. 

Lynda: ¿Quieres que os prepare algo para el camino? (Resignada)

John: Un par de bocadillos y unas cervezas y listo.

Kimberley: Papá, ¿Qué pasa con Robert? Apenas le veo cuando viene…

John: Hay mucho que hacer ahora en la granja…. (Serio) ¿Por? 

Kimberley: No, por nada… sólo preguntaba…






EXT. / GRANJA “LAWRENCE”, CAMPOS / DÍA


Matthew camina por un sendero tras un rebaño de unas 85 vacas lecheras, es hora de ordeñar y como cada tarde el hermano menor de Brian conduce el ganado desde los verdes pastos a la sala de ordeño donde su madre Grace espera para echarle una mano en el trabajo.






INT. / GRANJA LAWRENCE, SALA DE ORDEÑO / DÍA


Mientras, en la sala de Ordeño, Grace habla por teléfono móvil con John Bennet.



Grace: No, de ninguna manera, John, no pienso vender la granja, antes muerta, ¿me oyes? ¡MUERTA!

John: Vamos, no seas necia Grace, tú ya no estas para esos trotes, y Matthew tendría más futuro en Dublín trabajando en cualquier cosa, antes que estar ahí esclavo de la granja y sin vida propia.

Grace: ¿Y a ti quien demonios te ha mandado meterte en asuntos ajenos? Matthew es feliz en Lawrence Farm. Él es el único que se ha preocupado por la granja durante todos estos años. No cómo Brian…

John: Brian supo buscarse la vida y se largó a los Estados Unidos, allí si que saben vivir bien.

Grace: Qué sabrás tú si nunca has salido de Irlanda…

John: Piénsalo, la oferta sigue en pie. Ya sabes lo te ofrezco, por las vacas, la casa y las tierras.

Grace: ¡Te he dicho que no y es que no! ¿ESTA CLARO? Nunca voy a dejar mi granja, estas tierras me vieron nacer y me verán morir. Aquí esta enterrado mi marido y jamás, me marcharé de Kerry. 

John: Sigues igual de soberbia y amargada que siempre, ya supera la muerte de Lawrence. Han pasado más de 30 años y todavía sigues en lo mismo.

Grace: El día que descubra quién fue quien me arrebató a mi marido, te juro que me las va a pagar. Y ahora si me disculpas, tengo mucho que hacer, vamos a ordeñar. Además, por si no lo sabes, Brian llega hoy de Estados Unidos y viene para quedarse en Kerry.

John: ¿Qué? (Con mal tono, sorprendido)

Grace: Adiós John.

John: Pero Grace…

En ese instante la vieja y soberbia Grace cuelga el teléfono móvil y se lo guarda en el pantalón del buzo de trabajo. Casi al mismo tiempo su hijo Matthew llega con las vacas. Grace sale a saludarle.

Matthew: ¡Ya estoy acá, mamá!

Grace: Hijo, cariño… (Sonríe, siente adoración por Matthew)

Matthew: ¿Oye, sabes a que hora llegaba Brian?

Grace: No lo sé, ni me interesa… 

Matthew: Deberías perdonar y olvidar mamá… Brian sólo hizo lo que pensó que era mejor para él.

Grace: Ya, y como irse a Estados Unidos era tan bueno para él, por eso ahora vuelve a Irlanda con las orejas gachas ¿Verdad?

Matthew: Se quedó sin trabajo y… Además Rebecca y la niña van a venir pronto con nosotros.

Grace: Tengo ganas de ver a Nathalie, hace tantos años que no vienen al país…

Matthew: Cuatro, para ser exactos.

Grace: Brian me va a oír cuando llegue, vaya que si me va a oír.

Matthew: Mamá, por favor, no empieces con lo mismo. Debemos acogerles lo mejor que podamos. La granja da para mantenernos a todos.

Grace: No lo digo por eso, hijo.

Matthew: ¿Entonces? No entiendo…

Grace: Tu hermano nos abandonó por esa americana y ahora vuelve… cuando nunca se ha preocupado de la granja. Son muchos años fuera de aquí y no sé como voy a llevar tenerle acá.

Matthew: Yo sé que tú le quieres… digas lo que digas.

Grace: Es mi hijo, igual que tú, yo le di la vida y por eso mismo me duele que me abandonara cuando más falta nos hacía.

Matthew: Lo sé…

Mientras Matthew entra para preparar las vacas en la sala de ordeño, Grace se queda fuera pensando, enojada por un lado pero contenta por otro. Tras varios años va a reencontrarse con su hijo mayor, Brian.



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INT. / GRANJA BENNET, CASA, SALÓN / DÍA

En el salón de la vivienda, sentadas en el sofá, dos chicas conversan. Ellas son Kimberley y su mejor amiga Denise.



Denise: No digas eso amiga, tú eres joven, guapa, inteligente, cualquier hombre se moriría por estar contigo Kimberley. 

Kimberley: Todos menos él… ¿Tú sabes cuanto hace que Robert no me llama? 2 semanas, Denise, y por si fuera poco…

Denise: Por si fuera poco… ¿Qué?

Kimberley: Qué hace tiempo que Robert y yo no tenemos intimidad. Ahora que está en el pub, no tiene apenas tiempo para verme y cuando viene pues tiene que trabajar con el ganado y mi padre está siempre presente. Nos la pasamos a escondidas, por miedo a como pueda reaccionar si descubre lo nuestro.

Denise: Tu novio trabaja para el señor Bennet, Kimberley, es normal que Robert no se atreva a dar un paso más. Como si no conocieras a tu padre. Dices que tu madre no es feliz, y tú estás igual o peor que ella…

Kimberley: Pero yo quiero a Robert, Denise, le amo. No puedo estar toda la vida viviendo un amor a escondidas, como si fuéramos unos adolescentes. Robert fue mi primer amor… mi primera vez… yo… (Triste) Yo le amo, le quiero tanto… No sería capaz de vivir sin él. (En ese instante se le saltan las lágrimas)

Denise: Lo sé… Anda no llores (Sacando un pañuelo de su bolso) Verás como todo va a ir bien, dale tiempo a Robert, ya sabes como son los chicos a veces… (Dándole el pañuelo a Kimberley) Toma.

Kimberley: Gracias… (Limpiándose las lágrimas) Es que… es que últimamente está más raro conmigo… 

Denise: Mmm… y… bueno no se te ha pasado por la mente pensar que tal vez… 

Kimberley: ¿Qué tal vez qué? 

Denise: Amiga, no es por intrigar pero… ¿Y si Robert tuviera otra? 

Kimberley: No… (Incrédula) No lo creo… 

Denise: Tiene todas las papeletas para ser infiel, por lo que me has contado no sería ni el primero ni el único hombre en hacerlo. Además que es muy guapo… En el pueblo todas están locas por él.

Kimberley: Mi madre dice que Robert no es un chico para mí pero…

Denise: Pues razón que lleva.

Kimberley: No lo se Denise, no lo quiero ni pensar… Robert nunca me ha dado motivos para desconfiar ni sospechar nada raro. El me quiere y sé que nunca me haría algo así… 




INT. / KERRY’S PUB / DÍA

Finalizada su jornada laboral en el bar, Robert conversa con su jefe y alcalde del pueblo, John Bennet. Ambos charlan animadamente sentados a una de las mesas del bar, mientras dan buena cuenta de dos pintas (jarritas de cristal) de fresca y apetecible cerveza irlandesa. 




John: Tú bien sabes a lo que me refiero Robert… (Bebiendo un sorbo y dejando la cerveza en la mesa) 

Robert: Brian tiene intención de adquirir más vacas y sacar a flote Lawrence Farm. Me lo ha dicho Matthew esta tarde que estuvo aquí.

John: Sí conseguimos poner a todo el mundo en su contra… y que nadie le venda ganado en el pueblo, Brian O’Connor se marchará por donde vino. 

Robert: Sé de buena tinta que Grace está teniendo problemas para mantener su negocio, únicamente su hijo Matthew es quien lleva la granja pero las finanzas no les van nada bien. Lo sabe medio pueblo. 

John: Apenas deben de tener unas decenas de vacas y que antes de que Brian volviera a Irlanda, eyo quería comprarle todo a esa vieja amargada...

Robert: Hasta que llegó el mayor, Brian... 

John: Ya lo se… (Molesto) 

Robert: El sector lácteo está pasando por una mala racha John… Todo el mundo está dejando sus explotaciones, si esto sigue así no sé donde vamos a ir a parar. 

John: Cuando el barco se hunde las ratas son las primeras en saltar… pero yo no voy a huir cobardemente como los demás… Poco a poco me haré con todo el ganado de la zona para montar una gran empresa, algo nuevo, diferente y con futuro. 

Robert: ¿Y de dónde piensa sacar el dinero para hacer todo eso? 

John: Eso es asunto mío (Enojado). Voy a comprar todas las vacas de los O’Connor y hacerles una buena oferta por sus tierras. Con suerte en un mes el "yanquito" de Brian y su familia se largaran de nuevo a Boston. 

Robert: Te olvidas de Matthew y Grace... 

John: Por el estúpido de Matthew no te preocupes, porque ese no será problema, y la vieja... Esa soberbia tendrá que rebajarse y claudicar, verás como si le pongo un cheque sobre la mesa, firma hasta la Paz con pipa y todo. 

Robert: Jajaja. 

John: ¡No te rías, idiota! !Más vale que te preocupes de cumplir con tu trabajo que ya van a ser las cinco y media y ya va siendo hora de ir a Bennet Acres.

Robert: OK, OK, ahora voy…



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INT. / GRANJA BENNET, CASA, SALÓN / DÍA


En el salón de la casa, Kimberley continúa charlando con su amiga Denise.




Denise: A lo mejor no es eso. Creo que lo que os pasa es que habéis perdido la pasión, esa llama de cuando se empieza… Ya lleváis dos años juntos… Pero todo tiene solución Kimberley, es cuestión de poner de vuestra parte, los dos. 

Kimberley: Hablaré con él, quizá deberíamos hacer un viaje, no se, pasar más tiempo juntos… 

Denise: Pero tu padre se daría cuenta.

Kimberley: No me importa. Algún día lo va a tener que saber y… ¡Lo va a tener que aceptar!

Denise: ¡Así se habla! ¡Esta es mi Kim! Jajajaja

Kimberley: Jajaja. Oye, por cierto… ¿Y qué pasa con Matthew? Todavía nada de nada…

Denise: Matthew sólo tiene ojos para Charlene, pero ella ni caso que le hace. No le merece. 

Kimberley: Pero si tanto te gusta Matthew, lánzate a por él. No pierdes nada por intentarlo. Resulta que me das consejos a mí sobre como mantener viva “la llama de la pasión” (Burlándose) y luego tú…

Denise: Ay ya, no te burles… Matthew es muy complicado. Se la pasa todo el día en Lawrence Farm y apenas sale los fines de semana. 

Kimberley: Pues con la bruja de Grace O’Connor como madre… no me extraña.

Denise: Jajajaja, qué mala eres.

Kimberley: Es verdad, mi padre dice que Grace es una vieja amargada que nunca superó la muerte de su esposo. Dicen que su hijo mayor llega hoy de los Estados Unidos.

Denise: Eso he escuchado yo también. Creo que se llama Brian.

Kimberley: Seguro será un amargado y un borde como su madre o a lo mejor… un aburrido granjero como “tu Matthew”.

Denise: Tú eres boba ¿Verdad? (Dándole en la cabeza con la mano)



EXTT. / GRANJA LAWRENCE, PATIO / DÍA

Grace camina desde los establos hacia la casa, se le ha olvidado hacer algo… 


INT. / GRANJA LAWRENCE, CASA / DÍA 


La matriarca de los O’Connor entra en la vivienda y sube las escaleras, rumbo al segundo piso. 



Grace abre la puerta de su dormitorio y busca en los cajones de un pequeño mueble de roble, unos papeles. En ese preciso instante la puerta del la habitación se cierra bruscamente, dando un fortísimo portazo y se escucha un grito con voz masculina. Grace se asusta por un instante y voltea a ver. Con los papeles en mano todavía, la mujer se acerca a la puerta, la abre sigilosamente y…

Grace: ¿Matthew? ¿Eres tú?

Pero no se escucha ni un solo ruido, la casa está vacía. Grace vuelve a cerrar la puerta y prosigue ordenando los documentos. Al día siguiente llegará a Lawrence Farm el veterinario y debe tener preparados y a punto ciertos papeles sobre el ganado. 

Repentinamente la puerta del dormitorio se abre sola, lentamente, muy lentamente… Las bisagras de la misma resuenan de forma muy desagradable. Es como si la puerta cobrara vida propia. En ese mismo momento Grace siente una presencia en el dormitorio. No está sola, hay alguien más con ella a su lado. Grace siente un escalofrío estremecedor e involuntariamente dirige su mirada hacia un espejo colocado en la pared de enfrente del mueble de cajones. Junto a la cama, sobre la mesilla de noche. En dicho espejo se puede leer claramente dos palabras.

“Fué él”

Grace se queda totalmente petrificada sin saber como reaccionar. Acaba de presenciar un mensaje del más allá. Grace se acerca al espejo y en ese instante, como por arte de magia, el texto se esfuma del cristal sin dejar rastro. Grace siente como la misteriosa presencia desaparece de la estancia. En ese momento suena el teléfono…




INT. / KERRY’S PUB / DÍA

En una de las mesas del local, Robert y John prosiguen hablando.



John: ¡Hace rato que tenías que estar a por las vacas al campo y no aquí de cháchara! (Con mal tono y enojado) 

Robert: (Molesto y pensando para sí mismo: Viejo negrero... Veremos cuando sea parte de su familia, las cosas van a cambiar... y mucho) ¿Y si el tal Brian no acepta su propuesta? ¿Qué va usted a hacer ah? 

John: (En voz baja) Envenenar todo el ganado de Lawrence Farm. 

Robert: ¿Qué? (Sorprendido) ¿Envenenar el ganado de los O’Connor? ¿Pero qué dice? ¿Se ha vuelto loco John? 

John: ¡Baja la voz! No pienso permitir que un recién llegado me arrebate mi puesto en la Cooperativa. ¡Voy a hundir a ese imbécil a como dé lugar! Esa granja será mía por las buenas o por las malas… ¿Qué no vende?, yo le obligaré a vender, porque les voy a dejar en la ruina. 

Mientras Robert le observa sin dar crédito a lo que acaba de escuchar, John sonríe con malicia, ya que sabe que Brian es el hijo del hombre que él mismo asesinó una lluviosa y trágica noche de 1976.



COUNTY KERRY
EXT. / PLAZA DEL PUEBLO / NOCHE
En la plaza del pueblo, cuando ya ha oscurecido. Denise se encuentra con su prima Charlene. La joven rubia se dirige a su casa para cenar y descansar. Al día siguiente le toca otro día de trabajo como maestra en la escuela de Kerry.



Denise: ¡Charlene! Qué sorpresa, pero… ¿Qué haces tú por acá?

Charlene: Soy la nueva secretaria del ayuntamiento. ¿Qué, cómo la ves? (Sonríe)

Denise: Pues fenomenal, mejor que cuidando niños en aquella casa de Tralee… 

Charlene: Ya te digo. 

Pero en ese justo instante la joven Charlene sufre un repentino mareo, su prima Denise tiene que sujetarla para impedir que caiga al suelo.

Denise: ¡Eh! ¿Qué te pasa? ¡Charlene! ¡Charlene! ¿Estás bien?

Charlene: Sí… sí… sólo fue un mareo, un…

Denise: Mmm

Charlene: ¿A qué viene esa cara? Te digo que estoy bien, todo esta bien.

Denise: No me mientas, que te conozco… ¿Te ha pasado más veces? Dime la verdad.

Charlene: Bueno… a decir verdad… llevo como un par de días revuelta pero…

Denise: Tú estás haciendo tonterías con la comida otra vez… Como me llegue a enterar de que vuelves a las andadas te juro que te mato ¿eh?

Charlene: Anda deja de decir tonterías ¿Quieres? Tenía 15 años… eso ya pasó.

Denise: Mañana mismo tú y yo nos vamos a ir a hacerle una visita a Lynda Bennet.

Charlene: ¿A la médico del pueblo? ¿Y se puede saber para qué? Ay Denise, creo que estás exagerando… ni que estuviera enferma…

Denise: Si no tienes anemia y dices que comes bien… Tú lo que estás es embarazada

Charlene: ¿Embarazada?

Mientras su prima Denise, la mira con cara de reproche, Charlene se queda petrificada y sin palabras. 



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INT. / GRANJA LAWRENCE, CASA, DORMITORIO DE GRACE / NOCHE

Es noche cerrada y ha comenzado a llover intensamente sobre los verdes campos de Kerry. Una fuerte tormenta acompañada de truenos y relámpagos se ha apoderado del condado. En el dormitorio de Grace, la madre de Matthew y Brian toma la llamada, descolgando el teléfono.



Grace: Sí, ¿díga?

Pero nadie contesta, sólo se escucha la angustiosa respiración de un hombre… 

Grace: ¡DIGA! ¿Quién es? Si esto es una broma no tiene gracia ninguna. (Colgando el teléfono)

Al mismo tiempo tocan a la puerta de la habitación, la puerta se abre lentamente…

Grace: Pasa Matthew… pasa, estoy ordenado los papeles de mañana, tengo un enredo aquí, que creo que me voy a volver loca… 

Brian: Mamá, soy yo, Brian.



De repente Grace se da la vuelta, sorprendida. Ambos se miran sin decir nada. En medio de un silencio sepulcral entre madre e hijo, lleno de miradas de reproche, tristeza y alegría, afuera de la casa, se escucha un ensordecedor disparo.


CONTINUARÁ…